¿Sabes qué quiero? Un principio. Sólo uno. No cincuenta y cinco mil cabos sueltos que prometen y no cumplen. Que dicen y ocultan. Que besan y olvidan, que sienten y entierran ese sentimiento cincuenta y cinco mil metros bajo tierra.
Algo por lo que luchar, algo por lo que merezca la pena gastar la ilusión que me queda. Si se pierde la esperanza de encontrar un amor que te alimente para seguir viviendo, se perderá el alma.
Al parecer las estoy perdiendo, ambas. ¿Quieres encontrarme de una
vez?
Aprendí que la suma de 2 más 2 es 4, que los peces nadan y que los pájaros vuelan. Que los monstruos de armario no existen ni los ladrones de peluche. Ahora sé que unos tacones de más de 10cm no están toda la noche en tus pies y también que las medias se rompen fácilmente. Que la fobia a los gatos es difícil de llevar. Comprendí que las promesas no todo el mundo las cumple y que no es tan fácil enamorarse. Me enseñaron a dar más de lo que recibo y que hay muchas formas de decir algo sin hacer daño. Comprobé que las personas tienen dos caras. Me enseñaron que el futuro no está escrito, que con el tiempo el pasado se olvida. Aprendí en confiar en las verdaderas personas, que la felicidad se esconde en lo más absurdo, que no hay que ilusionarse demasiado y que un abrazo siempre viene bien. Y sé que de 7 días que tiene la semana los 8 quiero pasarlos contigo.
Lo difícil que es a veces aceptar que no todo es tan bonito como lo planteas. Que tal vez cometes un error haciendo algo, o simplemente idealizas un recuerdo por el simple hecho de aburrirte. Lo transformas de manera en la que queda grabado en tu mente como uno de los mejores momentos de tu vida. Sin embargo, en ese mismo momento lo sabías, lo sentías, que era algo extraño, una sensación que no habías vivido antes.
Que era un amor de plástico, inexistente. Y empiezas a plantearte en ese mismo momento, lo distintas que serían las cosas si esa persona fuera otra, si tú fueras otra persona. Y lo único que piensas es que vas a hacer como que todo es perfecto, como en una obra de teatro, y vas a interpretar una escena que se desarrolla solamente en tu mente.
Después, el tiempo transcurre, y tú mismo haces que esa interpretación sea lo que te quede del recuerdo. Pero después viene la realidad y te abre los ojos.
Quiero dar las gracias a; Maria Navarro por otorgarme el premio “Bloggie“ ¡Muchisimas gracias por este premio, el cual me ha hecho mucha ilusión! :)
