Happy new year!

Dicen que año nuevo vida nueva, que esas doce campanas suenan de tal manera que no sabemos si el tiempo pasa rápido o lento, y que ya nada importa, en ese momento somos felices a pesar de todo lo sucedido el año anterior.
Pero realmente, en cada campanada, yo me doy cuenta del tiempo perdido, de las sonrisas desperdiciadas, de las ilusiones dañadas, de todas las copas que no tomé y aquellas otras que no debería haber tomado, de todas las amigas que perdí y aquellas que gané a través de la sinceridad, el respeto y el cariño, de las veces que me arrepentí de lo que hice, y aquellas otras que luché tanto por conseguir lo que quería, que aunque no lo consiguiese, mi alegría era superior a cualquier cosa, en cada campanada me doy cuenta de cada derrota, de cada victoria, de cada vez que dije que ahí estaría y no estuve, de las veces que fallé y las que me fallaron, con cada campanada pienso en la gente que ya no está conmigo y la gente que está y no es valorada , en el cariño que no dí y los abrazos que no recibí.
Pero realmente me doy cuenta, que esas doce campanadas no son necesarias para una nueva vida, que las nuevas oportunidades que yo me doy a mi misma para volver a comenzar, para darme cuenta de mis fallos, y brindar por la alegría, es cuando yo decida, y no cuando unas personas decidan que mi nuevo año comienza.
Por eso, cada día es especial para comenzar, para decir un te quiero o para pedir perdón, cada día podemos brindar por la felicidad, por la gente que ya no está y por la gente nueva que vendrá. Cada día podemos ponernos nuestras mejores galas y nuestra mejor sonrisa para salir a bailar, porque cada día podremos volver 
a comenzar.